Muchas veces nos planteamos preguntas sobre el comportamiento de nuestros hijos, cuestionamos sus acciones y no comprendemos porqué siempre persisten en las mismas conductas reprochables. ¿Por qué no ordenas tu desorden? ¿Cuándo aprenderás a ordenar tus juguetes? ¿Por qué no puedes hacer la tarea solo? Estas son las típicas reprimendas que les hacemos. La respuesta está en la afectividad y confianza.
¿Cómo generar la confianza?
Para darles esa confianza debemos ofrecerles oportunidades y guías para que puedan realizar actividades por su propia cuenta. Permitirles que se hagan cargo de su mascota, que hagan solos su mochila, que ordenen sus cajones, etc. Tal vez en el camino olviden cosas, o no lo hagan como quisiéramos, pero es importante hacerles saber que nosotros, los adultos, confiamos en ellos y valoramos su esfuerzo.
Esta confianza fortalecerá la conciencia propia que tienen sobre sus habilidades. Los niños considerarán que son capaces, que pueden asumir responsabilidades. Como resultado de esta práctica, se logrará el desarrollo de su autonomía.
La confianza en el colegio
Esa misma relación es la que se debe cultivar en el colegio. Lo que el maestro debe buscar es la superación de dificultades basadas en la confianza. Para un alumno, esto es muy importante porque permitirá que ellos se sientan valorados, alentados y sobre todo escuchados. Esa afectividad favorecerá su aprendizaje y su madurez.
La revista infantil on-line guíainfantil.com, enumera algunos consejos:
Establecer un buen clima de convivencia, en el que todos sean felices.
Desarrollar la espontaneidad y la sinceridad. Ser espontáneos en pensamientos y sentimientos.
Pactar normas de disciplina. Establecer límites ayuda al niño a saber cuál es el camino a tomar, lo cual aumenta su confianza en todos los ámbitos de su desarrollo.
Inculcar respeto hacia los demás y hacia uno mismo. Respetarse y respetar son los valores asociados a la confianza que debemos inculcar en los niños.
Fomentar el diálogo. Crear un buen clima de diálogo es fundamental para hacer crecer la confianza en los demás.
Aprendamos a confiar más. Olvidémonos de dar órdenes. Esto no tiene nada que ver con disciplina, sino con una manera distinta de educar.
✍: Silvana Navarro – Profesora de primaria.
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