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Matemáticas lúdicas y su aporte a la educación

Las matemáticas son aceptadas o rechazadas según la calidad y capacidad de motivación del profesor con el que el alumno inicia su aprendizaje. Por tanto, el acercamiento de los niños a las matemáticas debe darse de una manera positiva y natural.



El rechazo hacia las matemáticas por considerarlas aburridas, muy complicadas y poco útiles es frecuente en varios alumnos. Sin embargo, Incluir el juego durante las sesiones de aprendizaje y permitir la manipulación de material concreto para la construcción de conceptos abstractos transforma el aprendizaje de las matemáticas en una experiencia grata y exitosa.


Las matemáticas son aceptadas o rechazadas según la calidad y capacidad de motivación del profesor con el que el alumno inicia su aprendizaje. Por tanto, el acercamiento de los niños a las matemáticas debe darse de una manera positiva y natural. Como docentes tenemos una gran responsabilidad al elegir los textos, la metodología y los recursos; así como al diseñar las estrategias y plantear las actividades en las sesiones de aprendizaje.

La esencia del conocimiento matemático es la comprensión; es decir, la capacidad de crear relaciones, establecer conexiones y modificar puntos de vista. En este sentido, el uso de material concreto y el juego deben considerarse actividades fundamentales en este proceso, ya que despiertan el interés y facilitan la comprensión.


6 claves para alcanzar el éxito en el aprendizaje de las matemáticas:

1) Tener en cuenta la etapa de desarrollo en la que se encuentra cada niño

Al diseñar las actividades de aprendizaje, resulta de vital importancia considerar las etapas de desarrollo cognitivo y las características propias de cada niño, ya que estas determinarán la capacidad de nuestros alumnos para aprender y entender el mundo en ese momento.

2) Apostar por el aprendizaje multisensorial El abordaje de las matemáticas debe ser multisensorial, implicando los sentidos de la vista, el tacto y el oído para facilitar el pensamiento abstracto.

3) Utilizar el juego como un valioso medio de aprendizaje Los niños tienen un interés natural por el juego y debemos aprovecharlo para promover actividades lúdicas que les brinden la oportunidad de descubrir relaciones, aprender técnicas y lograr aprendizajes significativos de manera agradable y natural.

Un juego adecuadamente dirigido asegura el aprendizaje del niño. Este juego debe ser organizado por el maestro de manera significativa y estar orientado hacia el desarrollo de destrezas y capacidades.

Asimismo, los juegos colectivos son importantes porque, además de favorecer la construcción del conocimiento lógico-matemático, fomentan la interacción social y proporcionan un proceso de retroalimentación positivo entre los alumnos.

4) Permitir la manipulación y el empleo de material concreto Teniendo en cuenta que el pensamiento del niño en la infancia es concreto, es importante partir de la manipulación de objetos para pasar posteriormente a la representación gráfica, y finalmente, llegar a la abstracción.

No se trata de una manipulación libre, sino que debe estar dirigida hacia el fin que se desea conseguir. Nuestra tarea como maestros consiste en diseñar actividades específicas con materiales concretos que faciliten la visualización y posterior abstracción de conceptos matemáticos.

El empleo de este material favorece la motivación y mantiene el interés de los alumnos ya que les permite una participación más activa y un trabajo más colaborativo. Así, se irá avanzando paso a paso hacia el proceso de abstracción y al uso exclusivo de los signos numéricos, llegando a las operaciones formales que no requieran el apoyo de material concreto.

5) Buscar el aprendizaje significativo Es importante conectar la nueva información con los conocimientos previos y relacionar en todo momento lo que se aprende en clase con situaciones de su entorno.

6) Fomentar el pensamiento divergente y la creatividad Favorecer y aprovechar la matemática “inventada” por los niños, permitiéndoles resolver los problemas con estrategias propias y por diferentes caminos.


En conclusión, la misión más importante del maestro consiste en diseñar y crear situaciones de aprendizaje motivadoras y significativas que consideren las etapas de desarrollo del niño y que se valgan del juego y los recursos materiales que le permitan avanzar paso a paso hacia el descubrimiento y comprensión de los conceptos matemáticos más abstractos. De este modo, la clase de matemáticas se transformará en un ambiente seguro en el que los alumnos aprenden a partir de la exploración y del trabajo colaborativo y donde se valoran las ideas y los procesos más que las respuestas mecanizadas o memorísticas. Milagros Ramirez – Profesora de primaria.

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