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¿Cómo cuidarnos de las infecciones de verano?

Llegó el verano y todos nos disponemos a disfrutar de la playa, la piscina, el campo y los viajes. ¡Pero atención! En el verano también aumentan ciertas infecciones, muchas debidas al nuevo clima. A algunos patógenos les encanta el calor, provocando algunas infecciones típicas de verano. ¿Cuáles son?



Otitis externa


La otitis externa es una infección del canal auditivo. También es comúnmente conocida con el nombre de “otitis del nadador”. Se manifiesta con un fuerte y molesto dolor en el oído que empeora al tocarlo. También puede notarse secreción líquida (o hasta pus).

La humedad promueve un ambiente en el cual las bacterias pueden proliferar y provocan la inflamación de la piel que recubre al odio externo. Para prevenir la otitis hay que mantener las orejas limpias y secas, especialmente después de las sesiones de piscina.


Tiñas


Los hongos también se ven favorecidos por los ambientes húmedos por lo que son muy frecuentes en verano. El “pie de atleta” es la tiña más frecuente y se manifiesta como descamación, picor y mal olor de la zona interdigital de los pies. Existen otras tiñas como la cruris en la ingle o la capitis en la cabeza. Para evitar el “pie de atleta” conviene ducharse con las sandalias y secarse bien entre los dedos con la toalla.


Conjuntivitis


La conjuntivitis es una inflamación de la conjuntiva del ojo y entre los síntomas están el ojo rojo, picor y secreción (“legañas”). La conjuntivitis puede producirse por diversos motivos, desde una reacción alérgica, un resfriado o un brote de sarampión. En época de piscinas suele tratarse de una infección bacteriana o una reacción al cloro. Si su hijo tiene síntomas de conjuntivitis acuda a un médico para que le recete el tratamiento adecuado.


Moluscos


Las piscinas son foco de contagio de moluscos. El molusco es una infección viral benigna de la piel que se manifiesta en forma de “bolitas brillantes” de entre 2 y 5 mm. Puede contagiarse por contacto directo con las lesiones de otro niño infectado o incluso uno puede “autocontagiarse” de una zona del cuerpo a otra. Las lesiones son benignas y suelen desaparecer con el tiempo. Sin embargo, son muy contagiosas por lo que se recomienda acudir al dermatólogo para que las extirpe.


Diarrea


La diarrea aguda se transmite por ingesta de agua o comida contaminadas. En verano, las aguas de las piscinas se pueden contaminar con gérmenes tolerantes al cloro, lo que origina brotes de diarrea aun en piscinas con un mantenimiento adecuado. Si su niño tiene diarrea evite llevarlo a la piscina. En caso de llevarlo, verifique que no trague agua, dúchelo antes de entrar a la piscina y haga que se lave las manos con jabón y agua después de ir al baño.

Recuerde que en verano los niños deben protegerse de los rayos UV y la crema protectora debe ponerse antes de salir de casa y cada 30 minutos.

Ricardo Losno – Médico.

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