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El amor es una de las piezas claves que impulsa el crecimiento de nuestro ser. Pero, ¿qué beneficios puede traer en el desarrollo cerebral de nuestros niños?
Se conocen muchas posturas sobre el amor dentro de la crianza y la educación. Algunos piensan que dar amor es malcriar, otros que el cariño es dar todo sin límites y un último enfoque que educar con amor forma hijos seguros y felices.
Es importante tener en claro que el amor no trae efectos negativos. Por el contrario, ayuda al desarrollo cerebral de nuestros niños. La clave está en mantener el equilibrio entre demostrarles afecto y enseñarles los límites que hay en la vida. De esta manera forjaremos un amor sincero, paciente y respetuoso.
¿Cuáles son los beneficios del amor en el desarrollo cerebral?
Sabemos que dar y recibir amor es importante para el desarrollo de todo ser humano, pero lo que desconocemos es el por qué. A continuación conoceremos algunos de los beneficios:
Los niños con padres cariñosos que han sido expuestos desde pequeños a diferentes muestras de afecto logran desarrollar una área del cerebro llamada hipocampo. Dicha zona participa en procesos importantes como la memoria, el aprendizaje, la orientación espacial y el control de las emociones.
Exponer al niño a una caricia, un abrazo, un beso o una palabra provoca que se genere nuevas conexiones neuronales. Esto ayudará a formar redes más complejas y estructuradas en el cerebro.
Mantener un apego seguro entre el niño y los padres ayuda a formar una autoestima sólida. Además, permite desarrollar zonas como el hipotálamo encargado del control de las emociones.
El intercambio afectivo ayuda a generar serotonina. Esta sustancia nos permite mantener el equilibrio en nuestros estados de ánimo y en las reacciones emocionales frente a situaciones de estrés.
Un niño amado será un adulto que sabe amar.
Secretos para educar con Amor
La rutina, el ritmo acelerado de la vida, el trabajo y las preocupaciones hacen que dejemos de lado la importancia del amor. Sin embargo, cada día es una nueva oportunidad para hacer cambios. Por eso, empecemos a utilizar el amor como el mejor combustible en la educación de nuestros hijos siguiendo estos secretos:
Comparte tiempo con tus hijos. Recuerda que más valioso es la calidad que la cantidad. No olvides que cada uno de ellos necesita un espacio único.
Busca el contacto físico a diario. Enséñale que no es necesario una fecha especial para dar un abrazo o una caricia.
Dile que los amas usando diferentes situaciones que lo sorprenda: escríbele una notita de amor, mándale un mensaje o hazle una tarjeta.
Elogia sus logros, no con un premio material sino con palabras de afecto.
Demuéstrale que tú eres feliz. La mejor manera de enseñar es con el ejemplo.
Miremos el amor como el motor que impulsa nuestro desarrollo cerebral, emocional e integral. Criemos a nuestros hijos con cariño y afecto para que se sientan queridos por lo que son y no por lo que hacen. No olvidemos que los niños amados son personas felices y seguras de sí mismos.
Catherine Llanos – Profesora de primaria