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¿Por qué educar en emociones?

Actualizado: 19 jul 2022

La propuesta de una educación emocional permite que el niño enfrente problemas a lo largo de su vida de una forma adecuada. Lo hace capaz de manejar sus pensamientos, cuidar sus emociones, potenciar su fuerza de voluntad, aumentar su autoestima, entender sus sentimientos y el de los demás.

Durante muchos años, la educación tradicional se ha centrado en aspectos cognitivos, enfocada en proporcionar a los alumnos únicamente conocimientos, dejando de lado las emociones. Según especialistas, hoy en día el aspecto emocional es tan importante como las habilidades intelectuales.


La propuesta de una educación emocional permite que el niño enfrente problemas a lo largo de su vida de una forma adecuada. Lo hace capaz de manejar sus pensamientos, cuidar sus emociones, potenciar su fuerza de voluntad, aumentar su autoestima, entender sus sentimientos y el de los demás. Es allí donde radica la empatía, es decir, la identificación con los demás, base para desarrollar el autocontrol y la tolerancia.


"La inteligencia emocional comienza a desarrrollarse en los primeros años. Todos los intercambios que los niños tienen con sus padres, los maestros y con los demás, llevan mensajes emocionales" - Manuel Goleman

El aprendizaje emocional debería estar presente desde los primeros años de vida, ya que los niños poseen una importante plasticidad cerebral. Es por esta razón que es una etapa donde el aprendizaje es particularmente eficiente para el adecuado desarrollo tanto del área cognitiva como afectiva.


La educación emocional debería integrarse en el curriculum escolar o en las actividades cotidianas a manera de aprendizajes transversales en las aulas. Sin duda, se están dando grandes cambios al respecto y, cada vez, los maestros estamos más concientizados en la necesidad de que los niños desarrollen competencias emocionales para que puedan regular sus emociones.


Las estrategias para educar en emociones a un niño en el aula se trabajan mediante juegos, dinámicas de reflexión, lecturas, juego de roles, solución de conflictos, diálogos democráticos, mesas redondas donde se fomente la escucha activa, y todo aquello que nos permita ir incorporando recursos que le den la confianza apropiada para que expresen las emociones que sienten. La escuela es uno de los escenarios donde les damos la oportunidad de comunicarse y expresarse a través de la educación en emociones.

Ahora bien, un niño educado en emociones adquiere las siguientes competencias:


  • Comunicación efectiva, activa y empática.

  • Buena autoestima.

  • Aprender de sus errores.

  • Proactividad y asertividad.

  • Buenas habilidades sociales.

  • Gestionar sus emociones para resolver conflictos.

  • Seguridad y confianza en sí mismo.

  • Respetar la diversidad y tolerancia del pensamiento.

  • Actitud positiva.

Finalmente, como resultado será un niño feliz y saludable que disfrutará de la vida.


✍: Miluska Sánchez

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